viernes, agosto 13, 2010

El paciente y el "experto"

Probablemente hayas visto el programa de televisión Extreme Makeover o algún otro programa acerca de individuos que se someten a intervenciones de cirugía plástica estética. En esos programas quizás hayas notado que, en su primera entrevista con el paciente, el cirujano inicia la interacción con una simple pregunta, que rara vez es diferente de alguna de las siguientes (u otras de similar índole):
¿Qué puedo hacer por usted hoy?
¿Qué le trae a usted hoy aquí?
El cirujano formula estas preguntas de esa manera específica para conseguir que el paciente sea quien tome la iniciativa y describa sus percepciones propias acerca de su físico, y manifieste cuáles son sus necesidades y aspiraciones. El médico luego explica qué intervenciones están disponibles en el caso del paciente y qué resultados se podrían esperar de cada una. En estos programas, nunca he visto que el cirujano modifique este guión.

En contraste, hace unos años un canal ecuatoriano produjo su propia versión del programa Extreme Makeover. Recuerdo haber visto un episodio en el cual el cirujano, tras presentarse al paciente, se lanzó a decir lo siguiente:
Yo veo que su nariz es W, y podría ser X. Usted tiene demasiadas arrugas en la zona de los ojos y de la frente; eso también lo podemos corregir. Y de paso, su quijada es Y y podríamos mejorarla para que sea Z.
¿Notas la diferencia? En el primer caso, las necesidades y aspiraciones son delineadas por el paciente; en el segundo, el cirujano es el "experto" que define, según su criterio, qué está "mal" en el cuerpo del paciente y por tanto qué es necesario "corregir".

En la terapia física, estas dos situaciones también se pueden presentar. Cuando una persona busca los servicios de un terapeuta físico (particularmente una que busque asistencia de largo plazo, por ejemplo, para una condición neurológica), ¿quién debe tomar la iniciativa en esa interacción? ¿El paciente, explicando cuáles son sus molestias, necesidades y aspiraciones (información que guiará las intervenciones a realizar), o el profesional (el "experto"), que determina por criterio propio qué está "mal" en el cuerpo del paciente, qué se debe "corregir", qué hay que hacer y a dónde se debe llegar? ¿Cómo evitar intervenciones innecesarias que se alinean más con los deseos del profesional que con los del paciente?

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