sábado, julio 31, 2010

La importancia de la cinética en la terapia física

Yo tengo un interés particular por la biomecánica, por lo que estoy empeñado en poner mis manos sobre todos los recursos que estén a mi alcance en esta área. Mientras más me entero sobre la biomecánica, encuentro cada vez más relevancia de este conocimiento en la terapia física; en mi opinión, el terapeuta físico debe primero comprender el movimiento antes de proponerse mejorarlo, y considero que la biomecánica es una de las herramientas que le puede ayudar a alcanzar ese entendimiento.

Como he planteado anteriormente, las descripciones física y matemática frecuentemente se excluyen de las exposiciones sobre biomecánica (lo que provoca que la confundamos con la anatomía funcional), y eso nos impide apreciar la importancia vital que tienen las fuerzas en la producción del movimiento humano, y por tanto nuestra capacidad para entender el movimiento humano, como terapeutas físicos, se ve reducida. David Winter, uno de los padres de la biomecánica como la conocemos actualmente, expresa lo siguiente sobre la importancia de la comprensión de las fuerzas para entender el movimiento humano en su clásico libro Biomechanics and Motor Control of Human Movement(4ta. ed, 2009). En la página 10 (yo puse el énfasis en negrita):
El término general que se da a las fuerzas que causan el movimiento es cinética. Tanto las fuerzas internas como las externas están incluidas. Las fuerzas internas provienen de la actividad muscular, de los ligamentos o de la fricción dentro de los músculos o articulaciones. Las fuerzas externas provienen del suelo o de cargas externas, ya sea de cuerpos activos (p.ej., las fuerzas ejercidas por un tackleador en el fútbol americano) o de fuentes pasivas (p.ej., la resistencia del viento). Una variedad amplia de análisis cinéticos pueden ser efectuados. Los momentos de fuerza producidos por los músculos que cruzan una articulación, la potencia mecánica que fluye desde o hacia esos mismos músculos y los cambios de energía del cuerpo que resultan de este flujo de potencia son todos considerados parte de la cinética. [...] es mediante la cinética que nosotros realmente podemos llegar a la causa del movimiento y, por consiguiente, llegar a comprender los mecanismos involucrados, y las estrategias de movimiento y las compensaciones del sistema neural. Una parte grande del futuro de la biomecánica yace en los análisis cinéticos, porque la información ahí presente nos permite realizar evaluaciones e interpretaciones muy definitivos.
Este fragmento* puede encontrarse en el capítulo de ejemplo del libro, titulado Biomechanics as an interdiscipline, el cual está disponible en el sitio web de su publicadora, Wiley (esta página también incluye una vista preliminar del libro en Google Books).

(* Una advertencia: Se trata de un libro de nivel avanzado. Yo al momento estoy explorando otros recursos más elementales que me den los fundamentos para aprovechar el libro de Winter posteriormente en la mayor extensión posible.)

martes, julio 27, 2010

Los tradicionales ejercicios de Williams, ¿ya sin cobertura en los libros?

Si pides a cualquier estudiante o profesional de terapia física músculo-esquelética de Ecuador (y probablemente de otros países de Iberoamérica) que haga una lista de las cinco primeras intervenciones de terapia física que aprendió y otra de los ejercicios que más utiliza, muy probablemente encontrarás a los ejercicios de Williams en las dos listas. Yo siempre escuché hablar de los ejercicios de Williams; sin embargo, no recuerdo haber encontrado alguna vez estos ejercicios en forma escrita en un libro. Eso, claro, hasta ayer.

En un libro extenso sobre ejercicio terapéutico (tiene 1040 páginas) publicado en este año, Therapeutic Exercise for Musculoskeletal Injuries(Peggy Houglum; 3ra. ed., 2010), encontré por primera vez una mención directa de los "ejercicios de Williams", pero ésta tampoco es muy detallada que digamos: la descripción textual y gráfica ocupa menos de una página, y la figura (incluida a continuación) se toma un 50 o 60% de ese espacio.


Según el libro, estos ejercicios de flexión fueron propuestos por Paul Williams --un cirujano ortopédico-- basándose en su creencia de que la lordosis era la causa del dolor lumbar. Yo nunca supe a ciencia cierta cuántos ejercicios constituían el protocolo de Williams: si eran tres, cuatro, cinco o más; el libro sostiene que son seis, entre los cuales yo reconozco a los cuatro primeros (en la figura, las imágenes de la segunda fila constituyen un solo ejercicio).

Lo que me llama la atención es que si buscas las frases "Williams exercises", "Williams flexion exercises" o "Williams back exercises" en Google, encontrarás miles de resultados, como sucede con la consulta en español de "ejercicios de Williams". En contraste, los libros que he consultado, particularmente aquellos en inglés, se concentran en otros tipos de ejercicios e intervenciones para el dolor lumbar. Por ejemplo, la cobertura del protocolo de ejercicios de extensión de McKenzie (sobre el cuales sí he encontrado información en múltiples ocasiones en libros en inglés), se toma más de tres páginas en el libro que mencioné hace un momento, y la descripción es mucho más minuciosa.

¿Por qué será que los ejercicios de Williams, al parecer, no reciben mucha atención en los libros, pero sí circulan de boca en boca entre estudiantes y profesionales, y también en Internet? ¿Será que se trata de información que subsiste netamente por tradición?

lunes, julio 19, 2010

El respeto a los pioneros

En una ocasión mostré fuertemente mi desacuerdo con lo que sostenía una profesora en clases cuando ella hablaba acerca de la biomecánica de la articulación glenohumeral en relación con las técnicas de Kaltenborn. Algunos meses antes de esa clase, y nuevamente unos pocos días antes de ella, yo había leído que numerosos estudios realizados en épocas recientes sugerían que los movimientos de translación de la cabeza humeral in vivo en realidad son diferentes a aquellos predichos por la regla "convexo-cóncavo". Con la finalidad de plantear que lo que yo decía debía ser considerado a pesar de que contradecía creencias enraizadas profundamente, algunos días después yo presenté esa información a la profesora y a mis compañeros.

En varias ocasiones he constatado la adherencia y fidelidad que profesan algunas personas a lo que propuso alguna personalidad de la terapia física en algún momento de la historia; el suceso relatado es apenas un ejemplo. En unas cuantas oportunidades de discutir productivamente sobre algún tema, no he recibido más argumentos que contestaciones del tipo, "¡Eso es así porque así lo dijo el famosísimo Sr. X!".

Sin ningún afán de menospreciar a los primeros exploradores de esta profesión --al contrario, expresándoles mi admiración y reconociendo que su genialidad, su trabajo, su conocimiento y sus descubrimientos nos han colocado donde estamos en el momento presente--, quiero hacer notar que en la terapia física, que se dice que es una "ciencia aplicada", no hay lugar para la adoración de personajes y sus ideas, particularmente si otras personas --autores, investigadores y profesionales menos famosos pero quizá igual o mejor preparados y experimentados-- han descubierto cosas que desafían lo que se tenía por cierto.

Para ilustrar mi idea de cómo las cosas cambian y de lo extraño que suena aferrarse al pasado, un par de ejemplos. Primero, si yo manifestara un respeto y fidelidad ciegos a los ingeniosos creadores de las primeras televisiones a color, tendría que distanciarme de toda posibilidad de disfrutar la imagen de las modernas televisiones de alta definición en 3D. Asimismo, un respeto y una fidelidad de similar índole no me darían otra opción que guiarme mediante mapas elaborados por los cartógrafos de la época de Colón, en lugar de ubicarme empleando mapas satelitales y GPS.

En la ciencia y en la tecnología las cosas avanzan, se complementan, se modifican, se reconsideran, se desechan, se rediseñan; asimismo, nadie, por prominente que sea, está exento de que alguien le contradiga si tiene fundamento para hacerlo. Así, en la "ciencia aplicada" de la terapia física, francamente no hay justificación para aferrarse, obstinadamente, al conocimiento pasado, simplemente por respeto a los pioneros.

viernes, julio 16, 2010

Persona, tarea y entorno: El modelo de constreñimientos de Newell

En la introducción de esta serie, yo expresaba que desconocía quién propuso la noción de que el movimiento humano está influenciado por las características del individuo, de la tarea y del entorno. Quería contarte que ahora ya lo sé.

Según uno de los libros clásicos en el campo del desarrollo motor, Life Span Motor Development(Kathleen Haywood, Nancy Getchell; 5ta. ed., 2009), Karl Newell fue quien sugirió, hace casi 25 años, que el movimiento se origina de las interacciones entre (1) el organismo (el ser humano en nuestro caso), (2) el entorno en el cual el movimiento ocurre y (3) la tarea a realizarse, y que si uno de estos factores cambia, el movimiento resultante también cambia. Newell denominó constreñimientos (en inglés, constraints) a estos tres factores, entendiéndose por constrenimiento a aquello que limita o desalienta determinados movimientos pero que a la vez permite o alienta otros movimientos, canalizándolos en una ruta que facilita su emergencia y otorgándoles forma en tiempo y espacio. A continuación reproduzco, de forma abreviada, las descripciones que Haywood y Getchell presentan en su libro de cada uno de estos tres tipos de constreñimientos (páginas 7 y 8):
  • Los constreñimientos individuales son las características físicas y mentales únicas de la persona. Estos constreñimientos se clasifican en estructurales, como la estatura, la longitud de las extremidades y la fuerza muscular, y funcionales, como la motivación, el miedo, la experiencia y el nivel de atención que se invierte en el movimiento. Para el profesional (de la psicología, de la cultura física o de la rehabilitación) es importante determinar si el movimiento de una persona es configurado mayormente por los constreñimientos individuales (estructurales o funcionales), o si en su lugar se deben realizar cambios en la tarea o en el entorno para obtener la modificación esperada en el movimiento.
  • Los constreñimientos del entorno existen fuera del cuerpo como una propiedad del mundo que nos rodea; son globales (no dependen de la tarea) y pueden ser físicos, como la temperatura, la gravedad o la humedad, o socioculturales, los cuales alientan o desalientan ciertos comportamientos motores, como en el caso de la exclusión de las mujeres de la participación en ciertas actividades motrices consideradas inapropiadas para ellas.
  • Los constreñimientos de la tarea también son externos al cuerpo e incluyen a los objetivos del movimiento, a las reglas que lo rigen (por ejemplo, el reglamento de un deporte), y a los objetos (equipos e implementos) que se emplean durante el movimiento.
Haywood y Getchell utilizan el modelo de constreñimientos de Newell como el sustento de la exposición que realizan sobre el desarrollo motor en su afamado libro. Las recurrentes referencias a este concepto en numerosos recursos modernos que he consultado (como ya expliqué en la entrada anterior) me llevan a pensar que se trata de una noción importante que se debería desarrollar, o al menos mencionar, en las exposiciones que se realicen sobre psicomotricidad y rehabilitación neurológica.

martes, julio 13, 2010

Mi experiencia con eBooks: Sony Reader Touch Edition

Anteriormente te he contado sobre diferentes modelos de dispositivos lectores de libros electrónicos. Hoy te cuento que en estos días estoy probando personalmente dos modelos diferentes (y que probaré un tercero próximamente), y que ya tengo una idea de primera mano acerca de cómo funcionan, y de sus ventajas y desventajas.

En las últimas semanas, probablemente provocados por la aparición y popularidad del iPad de Apple, los principales fabricantes de dispositivos lectores dedicados han realizado reducciones sustanciales en los precios de sus dispositivos, y ahora es posible conseguir muchos modelos por menos de $200 (USD, antes de los costos de importación). Barnes & Noble, por ejemplo, ahora ofrece el modelo más sencillo de su nook por $149 en Estados Unidos de América, mientras que su modelo más avanzado se vende por $199; Amazon ofrece su Kindle 2por $189; y Sony ha recomendado que sus modelos Pocket Edition y Touch Edition se vendan por $149 y $169, respectivamente (su modelo más completo, Daily Edition, se consigue por $299 con todos los accesorios incluidos).

Si estabas esperando que los precios bajaran para probar este tipo de tecnología, parecería que éste es un buen momento para conseguir un ejemplar de cualquiera de estos modelos. Eso fue precisamente lo que dos personas allegadas y yo hicimos, y en mis manos tengo ahora un Sony Reader Touch Edition y un Amazon Kindle 2, y estoy esperando probar un Sony Reader Daily Edition. Empiezo en esta entrada con la exposición del Sony Reader Touch Edition.

Características que me gustan del Sony Reader Touch Edition:
  • Su pantalla táctil. Dado que se puede controlar el aparato en su mayor parte mediante comandos táctiles directamente en la pantalla, no es necesario un gran número de botones o palancas. Esto se traduce en que el tamaño del Touch Edition es notablemente inferior al tamaño del Kindle 2 (ver la foto al final de esta entrada), el cual tiene botones a la izquierda y derecha de la pantalla, y un teclado en la parte inferior.
  • La lectura en ambientes soleados. Esta es una característica general de este tipo de dispositivos: efectivamente es posible leer en ambientes exteriores, lo que es imposible con computadoras portátiles, iPods, PDAs o teléfonos móviles.
  • Su soporte de Adobe Digital Editions: Como te conté anteriormente, ya empecé a ensamblar mi colección de eBooks, y ya tengo una docena de títulos digitales, todos con DRM (Digital Rights Management, una forma sofisticada de decir que los eBooks están asociados a una cuenta privada del usuario y que éste no puede compartirlos libremente con otras personas, evitando la piratería). Originalmente tenía que leer esos libros en la pantalla de mi portátil, pero ahora puedo hacerlo en el Touch Edition sin problemas.
  • Su apertura para utilizar varios formatos de archivos. Touch Edition acepta también archivos PDF sin DRM, archivos EPUB (con y sin DRM), de Microsoft Word, de texto plano (txt), de texto enriquecido (RTF), entre otros.
  • Capacidad de expansión. Aparte de sus 512MB de memoria interna (380MB disponibles para el usuario), Touch Edition tiene dos ranuras para tarjetas de memoria externa, una para SD Card y otra para Memory Stick Pro Duo, de hasta 16GB cada una. Se me ocurre que una de esas tarjetas se podría cargar con libros, y la otra, con música, para escucharla mediante el reproductor de audio incluido (se necesitan audífonos).
Características que me disgustan del Sony Reader Touch Edition:
  • El contraste de la pantalla: Toda esta gama de productos electrónicos se promocionan como una "experiencia cercana a leer sobre el papel impreso", pero no recuerdo haber leído alguna descripción que especifique de qué tipo de papel se hablaba. Ahora puedo decir que la pantalla del Touch Edition (y seguramente de la mayoría de modelos actuales que usan la misma tecnología) hace que leer de ella sea parecido a leer texto impreso sobre papel periódico: es decir, el fondo de la pantalla tiene un tono grisáceo que no contrasta con el texto negro impreso como lo hace el papel blanco. Aunque modelos con pantallas que no son táctiles (como el Kindle 2) tienen mejor contraste, este aspecto ciertamente debería mejorar, y de hecho ya están apareciendo modelos con pantallas que ofrecen un mayor contraste (como el Kindle DX Graphite), lo que hará que sea más fácil distinguir al texto del fondo de la pantalla.
  • El resplandor de la pantalla: El empleo de la pantalla táctil en Touch Edition, a la vez que reduce el tamaño del dispositivo y hace más sencilla la navegación, introduce un efecto colateral que puede resultar molestoso: la pantalla presenta un reflejo que varía según su orientación en relación con la luz ambiental (natural y artificial) y que obliga al lector a rotar el dispositivo en diferentes direcciones para obtener una visualización con un menor grado de reflejo y una lectura relativamente cómoda.
  • El manejo de algunos archivos PDF: Este es un problema que afecta a todos los dispositivos de pantallas pequeñas. Sony Reader Touch Edition generalmente hace un buen trabajo con los archivos PDF que contienen mayormente texto (como las novelas), con los cuales es posible reestructurar el contenido para que se ajuste al tamaño de la pantalla. Por otro lado, los archivos PDF que tienen dos columnas de texto, tablas o ilustraciones (como los libros técnicos que estoy leyendo) con frecuencia se muestran descuadrados cuando se le solicita al dispositivo reestructurar el contenido: aparecen páginas totalmente en blanco, hay ilustraciones que desaparecen o que sí aparecen pero que lo hacen desligadas del cuerpo del texto que hace referencias a ellas, tablas que aparecen en una sola columna, etc. Es posible ver los archivos PDF en su formato original, pero el texto es tan pequeño que es virtualmente ilegible, incluso en la orientación horizontal de la pantalla.
Finalmente, una foto (de baja calidad, tomada con un teléfono celular) cuyos únicos propósitos son, primero, comparar el tamaño de Touch Edition con el de Kindle 2 y, segundo, demostrar el color del fondo de las pantallas de los dispositivos en comparación con un papel blanco con texto negro impreso (dado que el Kindle es nuevo y no es mío, y que me lo prestaron solo para que lo pruebe, en la foto el aparato conserva la película plástica protectora sobre la pantalla, pero considero que esto no afecta significativamente la comparación en este caso). Las pantallas de los dos dispositivos son de idénticas dimensiones, 6 pulgadas.

sábado, julio 10, 2010

Segundo aniversario, y lo que anticipo para el futuro

Con dos semanas de retraso, hago notar al lector que este blog cumple dos años de existencia, y que con ésta acumula 350 entradas*. Agradezco a los seguidores y lectores regulares por su compañía, e invito a los lectores casuales a que continúen participando en este espacio.

En este nuevo año, si las cosas van bien, planeo dedicarme, con mayor detenimiento, al estudio de la biomecánica y del comportamiento motor, y a empezar a comprender el fenómeno del dolor, tres de los pilares del conocimiento que es necesario en la profesión de la terapia física. Al mismo tiempo, con mi reincorporación a la ingeniería informática, suena lógico el empeñarme un poco más en la exploración de la utilidad de la tecnología (particularmente, la informática) en la rehabilitación física** y en la práctica cotidiana del terapeuta físico.

Como parte de lo primero --la biomecánica y el comportamiento motor-- hay muchas cosas que me llaman la atención, particularmente en lo que se refiere al análisis del movimiento humano. Como parte de lo último --el uso de la tecnología informática--, el lector podrá esperar, entre otras cosas, más reportes sobre los libros electrónicos (tanto eBooks como dispositivos), mostrándolos como una herramienta en la formación del terapeuta físico, y de otras herramientas informáticas disponibles en Internet, tanto comerciales como libres y gratuitas. También habrá más comentarios y apreciaciones personales sobre la profesión de la terapia física.

Empiezo con un reporte de mi experiencia con los eBooks. Nos vemos en un momento.

(* ¡Casi una entrada cada dos días! Eso de tener mucho tiempo libre...)
(** Sé que rehabilitación es una palabra que disgusta a muchos, incluso en el contexto de la rehabilitación física, pero no he encontrado una alternativa satisfactoria.)

domingo, julio 04, 2010

La terapia física y la ingeniería, ¿compatibles? (Parte II)

Ahora que he reanudado mi práctica profesional de informática, y me he vuelto a involucrar en la realidad del ejercicio de una profesión, lo que escribí hace algún tiempo en la entrada "La terapia física y la ingeniería, ¿compatibles?" resuena intensamente en mi mente. En la entrada mencionada, yo manifestaba el hecho de que en las ingenierías (informática o cualquier otra), el profesional es quien tiene la responsabilidad de efectuar las cosas exactamente como deben funcionar u operar. Esto es, el profesional es quien diseña, planifica y ejecuta un trabajo según los requerimientos, constreñimientos y recursos disponibles. El profesional debe mantener un nivel de minuciosidad tal que cualquier falta, sea por ignorancia, descuido o negligencia, se manifestará siempre, sin excepción, tarde o temprano, con consecuencias negativas que se ubican en cualquier punto del espectro, de leves a catastróficas.

En la entrada anterior yo resaltaba estos puntos como diferencias entre lo que yo he constatado en la práctica de la ingeniería y la práctica de la terapia física. En la terapia física he notado la propensión de los profesionales a confiar en su criterio, experiencia, preferencias y conocimiento propios, y en la transmisión verbal del conocimiento, más que en lo que proponen otros profesionales, asociaciones e investigadores, y también el rechazo que oponen a la "rigidez" impuesta por la teoría y el conocimiento escrito. Así es como, por ejemplo, al asistir a una persona que se presenta con una necesidad específica, cada terapeuta físico buscará la libertad de emplear la intervención de su predilección, trátese esta de una intervención "ortodoxa", "complementaria", "alternativa", "holística" o "integral" (masaje, ejercicio, medios físicos, relajación, etc.), y tenga o no respaldo en el que se conoce sobre el cuerpo humano. Lo curioso es que los terapeutas físicos reportarán haber tenido éxito con sus diferentes elecciones: parecería, entonces, que cualquier cosa funciona en la terapia física.

¿En realidad cualquier cosa funciona en la terapia física? ¿O es acaso que las cosas funcionan porque, a diferencia de la ingeniería, en la terapia física entra en juego otro participante, la persona (en cuerpo, mente y espíritu), que es capaz de acoger los beneficios de las intervenciones plausibles, enmascarar las intervenciones inútiles y contrarrestrar los efectos de intervenciones inadecuadas? Un éxito en la intervención probablemente se atribuya a la pericia del terapeuta físico, cuando en realidad podría ser causado por otros factores, incluyendo aquellos generados por la propia persona; en contraste, en la ingeniería, lo que no haga el profesional simplemente no ocurrirá, y por tanto el profesional debe conocer, a ciencia cierta, qué es lo que hace y no hace, o atenerse a encontrar problemas más adelante, con toda seguridad. Por otro lado, al enfrentarse a un problema, es facilísimo achacarle al ingeniero las fallas o imperfecciones de su trabajo, mientras que al terapeuta físico se le concede la posibilidad de que el fracaso de su intervención se debe más a la falta de respuesta del paciente que a la inefectividad de la intervención en sí misma. En conjunto, esto podría explicar en parte por qué en la terapia física aparentemente funcionan tantas cosas, y da lugar a que los profesionales puedan seguir haciendo lo que quieran hacer, según sus inclinaciones.

Entiendo bien que cada persona es individual y única, a diferencia de las máquinas y materiales con los que los ingenieros trabajan. Sin embargo, eso no exonera al profesional de la terapia física de la obligación de conocer profundamente sobre el cuerpo humano antes de plantearse cualquier intervención con cada paciente individual, en lugar de simplemente lanzarse a hacer lo que tradicionalmente se ha hecho (la alternativa más cómoda, sin duda). Esto no quiere decir que el terapeuta físico deba prescindir de su criterio, creatividad, ingenio y destrezas individuales, sino que debería existir una plaforma sobre la cual el terapeuta físico pueda basar sus decisiones acerca de lo que es útil y lo que no lo es, así como existe en la ingeniería* (y en otras profesiones). Personalmente, con la búsqueda de información que hago constantemente, me complace y me otorga seguridad el saber que tal plataforma ya se está conformando, pieza a pieza, en la terapia física; queda por ver si los profesionales de la terapia física, guiados por el objetivo primordial de ayudar a las personas, están interesados en asentarse sobre ella, o si continuarán trabajando fuera de sus márgenes.

(* Quien sostenga que la creatividad, la originalidad y el ingenio no existen en la "rígida", "lógica" y "matemática" ingeniería, que explique la existencia de cosas como un automóvil, un iPod, una prótesis articular o un puente de varios kilómetros de longitud sobre el mar.)

jueves, julio 01, 2010

El misterio del bostezo y su contagiosidad (¡Estos gringos ya no saben qué inventar! - Episodio XIX)

Apenas unos días atrás, uno de mis hermanos contó al resto de nuestra familia que estaba intrigado por saber por qué el bostezo es contagioso. Mi hermano nos manifestó que había dedicado cierta cantidad de tiempo para intentar conseguir algún tipo de respuesta en Internet, pero que no obtuvo mayor cosa. El bostezo en sí mismo, y en particular, la razón por la cual el bostezo es contagioso, parece ser un misterio de la fisiología, y aparenta ser un proceso tan insignificante que no ha merecido la atención de los científicos.

Pero los lectores de este blog que han leído las entradas anteriores de esta serie no se sorprenderán mucho al saber que, de hecho, a lo largo de la historia ha habido muchas personas en todo el mundo que se han esmerado por descubrir diferentes aspectos sobre el bostezo. Los hallazgos de estos investigadores sugieren que el bostezo talvez no sea una función del cuerpo humano tan intrascendente como se ha creído, y que posiblemente se justifiquen los esfuerzos por entenderlo. El trabajo de muchos de los investigadores contemporáneos ha sido recogido en el libro The Mystery of Yawning in Physiology and Disease, editado por Olivier Walusinski y publicado en este año por la editorial alemana Karger.

Como se puede leer en el prefacio del libro, al cual se puede acceder en formato PDF en el sitio web de Karger, el bostezo es un proceso que efectúan prácticamente todos los vertebrados, y que se asocia tanto con situaciones de tedio como con sensaciones de placer, y que incluso puede ser considerada una señal sexual. En 17 capítulos y 150 páginas, el libro expone, entre muchas otras cosas, la historia milenaria del estudio del bostezo, las creencias populares vinculadas a él, su relación con otros procesos fisiológicos como el sueño y la termoregulación, y también su nexo con procesos patológicos. Talvez de mayor interés para cualquier lector no profesional, tres capítulos enteros exploran la contagiosidad del bostezo desde diferentes frentes.

Para el fisiólogo o neurólogo apasionado, o para cualquier persona interesada por conocer sobre el cuerpo humano y que tenga $198 para gastar,la lectura de esta obra posiblemente constituya la mejor oportunidad de colocarse más cerca de la obtención de una respuesta satisfactoria a este misterio.