miércoles, octubre 14, 2009

Los terapeutas físicos, sus intervenciones y las emociones de sus pacientes (Reflexiones en Octavo, Parte IV)

En los semestres anteriores, los estudiantes hicimos prácticas en hospitales, en consultorios de profesionales o en centros de fisioterapia. En contraste, en este semestre los estudiantes estamos visitando a los pacientes en los entornos en los que ellos se desenvuelven cotidianamente: por lo pronto, hemos visitado un asilo de ancianos y una escuela. Mucho más que en los semestres previos, en estos días he caído en la cuenta de la importancia que tiene la relación personal entre el terapeuta físico y sus pacientes.

Tengo compañeros que realizan un formidable trabajo haciendo sentir bien a la gente: hay quienes tienen dotes de bailarines, payasos o animadores, y quienes fungen de confidentes o cómplices de sus pacientes; empleando estas destrezas y actitudes, estos compañeros se procuran la disposición de los pacientes para trabajar. En el caso particular del ancianato, los cambios físicos que logran estos compañeros en una sola sesión de intervención --pero que perduran hasta la siguiente--, en pacientes de edad avanzada y con condiciones crónicas, a veces son tan notables que se me hace difícil creer que se puedan atribuir en su totalidad a la intervención en sí misma; el factor psicológico, supongo, debe desempeñar un rol importante en la recuperación física de los adultos mayores.

En el asilo, es evidente que la visita de los estudiantes --dos veces a la semana--, es esperada ansiosamente por muchos adultos mayores. Algunos de ellos nos reciben con besos y abrazos, y a la salida nos hacen ver que se quedan pendientes de la próxima visita. Para los adultos mayores, la visita de los estudiantes probablemente representa un cambio en su rutina, y una oportunidad para gozar de compañía, para socializar y para entretenerse. En los casos de adultos mayores en situación de abandono o soledad, es posible que esto se traduzca en una sensación de ser apreciados y cuidados. Esta alegría dispara una mejoría en el estado de bienestar psicológico de los adultos mayores, la cual, yo pienso, luego se extiende al ámbito físico.

Conversé sobre las vivencias en el ancianato con un profesional de la terapia física que tiene mucha experiencia, y él reconoció que el aspecto emocional del paciente, el cual se puede trabajar mediante la relación que éste tiene con su terapeuta físico, puede ser uno de los elementos claves en su recuperación, probablemente el más importante en ciertos casos. Inmediatamente, algunas preguntas obvias surgieron en mi cabeza, pero antes de que pudiera exteriorizarlas, el profesional pudo capturarlas en mi mirada. Lo que yo quería saber era:
Si se observa un buen grado de mejoría, ocasionada por la relación que el terapeuta físico tiene con el paciente, ¿qué rol tenen las intervenciones de terapia física en sí mismas? ¿Un rol secundario? ¿Para qué se estudia durante cuatro años sobre técnicas y conocimientos específicos de terapia física, cuando en muchos casos lo que se requiere, en mayor grado, es humanidad y empatía, que son cosas que no requieren entrenamiento formal?
El profesional se anticipó y me dijo, "Inclusive para eso --es decir, para saber cómo relacionarse con los pacientes-- es necesario un recorrido".

Como te cuento, en estos días he descubierto la importancia que tienen las emociones de los pacientes en la terapia física. Un terapeuta físico, que es un profesional que pasa mucho tiempo --semanas, meses, años-- con sus pacientes, debe saber relacionarse con ellos a un nivel personal. Esta es una lección que he aprendido de mis compañeros.

2 comentarios:

  1. Con respecto al recorrido que menciona el colega se puede aprender (que deje de ser algo automático e inconciente) Y/O entrenar. Busca más acerca de la verdadera (lo que te pasaron es motricidad humana a penas, ni siquiera motor behavior) Psicomotricidad como profesión y disciplina con autores como Milá y Aucoutier.

    El simple efecto placebo o alivio emocional no puede nunca ser tu único objetivo (para eso hay psicólogos, independiente de los reparos que se puedan tener a su labor), pero como tu lo has dicho varias veces, trabajamos con PERSONAS y eso significa que una HERRAMIENTA de trabajo nuestra es saber como relacionarnos con otras personas (para obtener resultados terapeuticos)

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  2. Mauricio,

    Como dices, el efecto placebo o el alivio emocional no pueden ser las herramientas más valiosas en el trabajo del terapeuta físico. Al observar muchas de las cosas que se hacen en terapia física, no me queda otra cosa que pensar que de hecho nos valemos (consciente o inconscientemente) de esas herramientas cotidianamente para lograr mejoras en la condición de salud de los pacientes. Yo no me siento cómodo ni feliz siendo un placebo (hablaré de esto en algún momento aquí en el blog) y por eso mi constante (y fastidiosa, para algunos) preocupación por entender qué se hace en la terapia física y por qué se lo hace.

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