Si los términos "esqueleto flotante" y "sanomecánica" te indujeron a leer esta entrada, entonces te pasó exactamente lo mismo que a mí cuando, hace unas pocas semanas, encontré el libro Biomechanics for Life: Introduction to Sanomechanics(Mark Pitkin, 2011) durante una de mis habituales búsquedas de nuevos recursos de biomecánica. Afortunadamente, en Internet hay suficiente información para saciar nuestra curiosidad al respecto. Aquí presento un cortísimo resumen para que tengas una idea de qué se trata todo esto.
En su libro, Mark Pitkin presenta el concepto del esqueleto flotante (floating skeleton) como uno de los pilares de su sanomecánica. Según Pitkin, su esfuerzo por elucidar cómo las articulaciones del cuerpo humano pueden soportar presiones descomunalmente grandes, que se deben a fuerzas grandes aplicadas sobre superficies articulares muy pequeñas y que por su magnitud uno podría esperar que las destruyeran, le llevó a postular la idea de que las articulaciones diartrodiales del cuerpo humano (como la cadera y la rodilla, entre otras), en realidad no son entidades anatómicas independientes, como se las concibe tradicionalmente, sino que se hallan vinculadas entre sí hidráulicamente.
Pitkin sostiene que esta conexión hidráulica se produce porque el líquido sinovial que existe dentro del espacio articular de una articulación (digamos, la cadera) no está aislado dentro de ese espacio, sino que tiene nexos con un volumen de fluido que, según el autor, habita en el espacio que hay entre la superficie del hueso y el periostio que lo recubre, posiblemente circulando dentro de canales (por ejemplo, habría fluido alrededor y a lo largo de todo el fémur). Este fluido, a su vez, está conectado con el líquido sinovial que reside en el espacio articular de una articulación contigua (como podría ser la rodilla). Así, las presiones que de otra forma estarían concentradas exclusivamente sobre una sola articulación diartrodial se distribuyen hidráulicamente por todo el conjunto (que incluye a la articulación considerada y a las articulaciones vecinas), y esto hace que las presiones sean tolerables. Acogiendo esta idea, uno podría imaginar que los huesos flotan sobre fluido; de ahí el nombre del concepto del esqueleto flotante que presenta Pitkin.
En Google Books encuentras el primer capítulo del libro, el cual presenta los argumentos anatómicos, biomecánicos y físicos de los que se vale el autor para sostener su idea del esqueleto flotante. El segundo capítulo, que se concentra en la sanomecánica propiamente dicha, se puede descargar en formato PDF del sitio web de la publicadora del libro, Springer. Te animo a leer esos dos fragmentos del libro para que te enteres de los detalles de estas proposiciones tan intrigantes.
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