En relación con lo que dije acerca de la vasoconstricción y vasodilatación en la crioterapia, hace un par de días un compañero me preguntaba cómo puedo "desmentir un montón de cosas" si, según su parecer, casi siempre me baso en los mismos dos libros, y que lo que dicen esos libros "no necesariamente es la verdad absoluta". Ya le respondí personalmente a mi compañero, pero pienso que se trata de algo que otros lectores pueden estar pensando y por tanto hoy quiero reproducir mi respuesta aquí, ampliada en una buena medida.
En primer lugar, una aclaración: en la entrada a la que hacemos referencia no dije "desmentir", dije "desmitificar". Entre las más de 80 entradas que he publicado hasta este momento, es difícil determinar si utilicé la palabra "desmentir" alguna vez; no estoy totalmente seguro, pero me parece que no la he usado. Voy a revisarlo.
Por otro lado, es cierto que si uno o dos libros dicen algo no quiere decir necesariamente que eso sea verdad. Pero, en mi opinión, sin duda es mucho más probable que sea verdad si está en un libro confiable y actualizado (claro está, teniendo en mente lo que la ciencia conoce en un momento dado y que puede ser diferente un tiempo después), que si es algo que se transmite de boca en boca. Compañeritos, ¿recuerdan el ejercicio del "teléfono dañado" que hicimos el primer semestre?
En este asunto particular de la vasoconstricción y vasodilatación con la crioterapia, como mencioné en la entrada, son al menos tres (no uno ni dos) recursos actualizados y confiables los que proporcionan información sobre el tema.
¿Por qué creo lo que los libros dicen? ¿Por qué sostengo que "desmitifican" lo que conocemos? Porque los que hablan son autores reconocidos y respectados en su área; se trata de profesionales, docentes e investigadores con décadas de experiencia. Las exposiciones que dan sobre los temas son rigurosas, ordenadas, lógicas y sustentadas en el conocimiento actual de la anatomía y la fisiología. Por lo general, no se trata de las "opiniones" de los autores; se trata de las conclusiones que obtienen después de revisar exhaustivamente la literatura científica disponible (esto es, el trabajo de decenas o cientos de investigadores de muchas nacionalidades diferentes) y de analizar los resultados de sus propios estudios, cuando los han efectuado. Por lo general, la información presentada en un libro ha sido revisada por otros profesionales y expertos. No son "datos sueltos" como los que nos llegan en clases y en las prácticas. Aunque suene "excluyente" o "discriminativo", la verdad es que existe una "jerarquía" en la calidad y confiabilidad de la información. Ya dije algo sobre esto en la entrada Los libros y la Internet.
Lo que a mí me sorprende (y me asusta, en muchísimas instancias) de nuestra profesión es que el "conocimiento" corre de boca en boca, y que la mayor parte de la gente lo acoge como si fuera la "verdad absoluta", sin preguntarse el porqué o el cómo. En mi opinión, eso tiene que cambiar, si queremos ser profesionales empeñados en dar el mejor servicio posible a nuestros pacientes.
El lector habrá notado que siempre le solicito su opinión y conocimiento sobre algo que yo menciono. En varias ocasiones, he recibido comentarios de compañeros y de nuestros profesores. Hoy, en especial, al lector le recomiendo que no se crea a ciegas lo que yo le diga, le pido que lea o investigue más al respecto y que luego lo comparta. Cuando lo haga, mi sugerencia es que consulte recursos actualizados y confiables; en mi opinión, en el campo de la ciencia los libros que tienen 10 o 20 años de antigüedad ya no son fuentes actualizadas. Una página X de Internet no es un recurso confiable necesariamente; aquí también se aplica la "jerarquía" de calidad y confiabilidad, como expliqué en la entrada del blog a la que hice referencia hace un momento. Y, como ya he dicho también, los libros no son lo máximo que existe; si puede obtener información de recursos más avanzados, en hora buena.
Si tienes que escoger entre una exposición rigurosa, ordenada, lógica y sustentada, y algo que te llega sin saber dónde se originó y cuántas modificaciones pudo atravesar en el camino, ¿tú qué acoges?
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