lunes, noviembre 02, 2009

La terapia física y la ingeniería, ¿compatibles? (Reflexiones en Octavo, Parte VI)

Cuando he contado a las personas que estoy dando un salto profesional de la ingeniería informática a la terapia física, muchos de ellos han reaccionado con asombro y me han dado a entender que no se imaginan qué relación podría encontrar yo entre las dos profesiones.

Hasta hace pocos días, yo me aferraba a la idea de que entre la ingeniería y la terapia física podrían, de hecho, existir algunos nexos, pero ahora veo que la insinuación de la gente de que estas dos profesiones están en extremos opuestos en el espectro de ocupaciones parece tener más peso que el que yo le quería conceder: la terapia física, ahora entiendo, requiere un conjunto diferente de asunciones, creencias, filosofías, tendencias, inclinaciones, disposiciones y actitudes; ahora comprendo también que mi intento de abordar la terapia física desde un punto de vista ingenieril me ha traído más problemas y conflictos que claridad y seguridad.

En la ingeniería informática, como en otras ingenierías, uno diseña de antemano las cosas y luego las construye: cualquier error u omisión en el plan o en su ejecución casi con seguridad se hará patente en algún momento, ya sea inmediatamente o cierto tiempo después, resultando en pequeñas inconveniencias en el mejor de los casos, o bien causando auténticos estragos en el peor de ellos. En las ingenierías, uno trabaja directamente con objetos o máquinas e indirectamente, a través de ellos, con personas. La tecnología y el conocimiento avanzan a tal ritmo, que descuidarse un momento puede significar que uno caiga en la obsolescencia rápidamente. En las ingenierías, uno es quien hace que las cosas funcionen de la forma que uno desea que funcionen, y lo que uno no hace, simplemente no ocurre.

Las suposiciones que yo tenía sobre la terapia física, basándome en mi formación previa en una ingeniería, han resultado ser incorrectas en su mayor parte. De alguna forma, yo me imaginaba que la terapia física (y otras ocupaciones en el sector de la salud, incluyendo a la medicina) era una profesión más definida, clara y certera de lo que veo que es. Al poner a la terapia física y a la ingeniería una al lado de la otra, hay muchísimas cosas de la primera que me desconciertan y desubican; entre ellas puedo mencionar las siguientes (los puntos que menciono no necesariamente implican que la terapia física como se la practica actualmente tenga fallas; lo que me propongo en este momento es resaltar las diferencias):
  • En la terapia física, la confianza absoluta en lo que uno ha constatado con sus propios ojos gracias a su experiencia y la de aquellos que le rodean, frente a reconocer el valor y aprovechar lo que conocen y hacen otras personas en otros lugares del mundo, fundamentándose en la investigación y en la ciencia.
  • La fe que uno tiene que tener en que las cosas funcionarán en la terapia física, frente a realizarlas con el conocimiento de que hay un determinado nivel de probabilidad de que funcionen.
  • El énfasis que se pone en que el terapeuta físico idee sus propias intervenciones, frente a ceñirse a lo que tiene respaldo en el conocimiento científico actual de la anatomía funcional, la fisiología, la biomecánica, el comportamiento motor, etc.
  • En la terapia física, la confianza en el criterio individual de cada terapeuta a la hora de seleccionar intervenciones, frente a una práctica fundamentada en guías, directrices, patrones y protocolos.
  • En la terapia física, la comprobación subjetiva de que las intervenciones han dado resultados, frente al empleo de medidas estandarizadas, confiables, específicas, sensibles, objetivas.
  • El sustento de la práctica de la terapia física sobre conocimiento que tiene varias décadas de antigüedad, frente a la constante preocupación de la ingeniería para modificar lo que se hace para adaptarlo continuamente a lo que se descubre cada día.
  • El rechazo de la tecnología debido a la creencia de que ella descuenta el trato cálido y humano que dan los terapeutas físicos, frente al interés de incorporarla para mejorar el servicio que se provee y ampliar las posibilidades de obtener nueva información y conocimiento.
Recién ahora comprendo claramente que la terapia física, contrastada con la ingeniería, requiere un elevado grado de tolerancia a la ambigüedad y a la incertidumbre. La terapia física, en la forma en la que veo que se practica, no puede dar garantías, e implica que uno debe tener fe en que lo que hace con el paciente dará resultado; de esa forma, los planes en la terapia física pueden llegar a ser superfluos. Como sugería el reporte de BusinessWeek sobre la profesión de la terapia física que mencioné hace unos días, ahora entiendo que quienes no se sientan cómodos con estas realidades de la terapia física probablemente deban reconsiderar su interés en dedicarse a esta profesión. Comprendo ahora también que varias de las cosas que he criticado en este blog sobre la práctica de la terapia física no tomaron en cuenta que la terapia física puede desarrollarse, con éxito, de una forma diferente a la que yo he planteado durante este tiempo.

A pesar de que un enfoque inspirado en la ingeniería en realidad no me ha dado resultado en la terapia física, aún así me propongo acercarme a ella desde otro flanco, uno que me permita fundamentar la mayor parte de las cosas que hago, restándoles cierto grado de incertidumbre, y así elevar mi nivel de confianza. El conocimiento necesario para lograr mi propósito sí existe, sé dónde encontrarlo y planeo explotarlo. Con toda seguridad me tomará más tiempo que al resto de personas el sentirme cómodo sabiendo que tengo la salud de las personas en mis manos, pero este es el camino que deseo seguir, ya que la terapia física que conozco es, en muchos aspectos, incompatible con mi forma personal y habitual de concebir las cosas.

3 comentarios:

  1. Por experiencia te puedo decir que los "defectos" que encuentras del punto de vista ingieneril en la terapia física son producto muchas veces de "malas prácticas" nacidas de la falta de dedicación y mediocridad. Trata de pensar menos como matemático (ingeniero) y trata de pensar más como científico (biólogo) y tu dicotomía va a desaparecer, incluso estudia el método científico como tal y adóptalo como forma de pensar. Con lo que te digo a lo mejor aún quedarán duda y lagunas en blanco, pero quedarán para ser llenadas incluso tal vez por tí (investigación) y la Fe quedará reservada sólo para que desear que no aparezcan o empeoren variables fuera de tu alcance. Aquí sólo los dinosaurios no trabajan con medicina basada en evidencia, aunque de que los hay los hay.

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  2. Otro punto es que trabajamos con personas y eso da cuenta de:

    -Las personas son sistemas abiertos en constante cambio ( ver modelo bio-psico-social de atención en Salud), por lo tanto hay MUCHA variabilidad

    -Con respecto al valor de lo empírico(la experiencia)al pasarlo constantemente por el colador de la ciencia puedes seguir por tu camino tranquilo que no has hecho nada malo en insistir en lo que crees correcto

    -La probabilidad de que algo sirva debe ser alta sino no deberá aplicarse (me llega a doler el estómago como muchos colegas no respetan esto en nombre de la ganancia económica y para que decir en los centros de estética)

    -El terapeuta debe adecuar SIEMPRE lo que hace a la persona, pero si te dicen o entendiste que hay que olvidarse o pasar a llevar los principios que mencionas están MUY (negligentemente) equivocados

    -Las normas protocolos y guías son importantes, pero lamantablemente se diseñan desde el punto de vista de la eficiencia y legalidad y no del benecificio de cada persona (ojo que si de la comunidad), y para agravar la situación nuestra profesión "es joven" aún y hay mucho por investigar y confirmar o descartar

    -Evaluar SÓLO subjetivamente ES NEGLIGENCIA en mi país, se debe objetivar todo lo que se pueda y siempre que se pueda, con la única excepción de cuando lo que se trata en sí mismo es subjetivo, como por ejemplo el dolor (aun así se puede objetivar con cierto éxito relativo con la "escala visual análoga para el dolor" por ejemplo)

    -Por último no veo porque el uso de tecnología tendría porque "enfriar" el trato con el paciente, nunca me ha pasado, el que se "enfría" es el terapeuta por agotamiento emocional en su trabajo y empieza a actuar como "robot"


    Resumiendo: una vez un médico expuso un estudio donde "demostraba" que la terapia kinésica no servía, lo que llevó a que otro médico presente le preguntara de inmediato con que terapeutas trabajaba el médico que hizo el estudio...para no atenderse con ellos; luego de las carcajadas de rigor, el segundo médico paso a detallar "a capela" diversos trabajos, investigaciones, datos epidemiológicos, etc.(por ahí salió mencionada Cameron también) que demostraban que la terapia de hecho era indispensable para muchas situaciones, pero aclaró que sólo cuando se hace lo adecuado para cada caso y se hace bien

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  3. Mauricio,

    Muchas gracias por la respuesta tan extensa, y por los consejos, aclaraciones y alientos ahí recogidos.

    Estoy consciente de que en la terapia física se trabaja con personas y no con máquinas (lo he dicho muchas veces en este blog y en conversaciones personales), y de que eso introduce gran parte de la ambigüedad y la incertidumbre, y la consiguiente necesidad de recurrir a la fe en lo que se hace. Dado que eso representa un problema para mí, lo que he buscado todo este tiempo (y lo sigo buscando), para descontar un poco de esa incertidumbre, es algo que me permita anclarme en un lugar aunque sea medianamente estable para desde ahí consolidar mi confianza de que lo que hago por mis pacientes es lo mejor que se puede hacer por ellos en la situación presente.

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