El diploma profesional para muchos es un mero "papelito", una simple formalidad. El que le entreguen a uno este "papelito" no hará que uno, de un rato para otro, sea mejor o peor en lo que hace; el hecho de recibir el "papelito" no le suministrará a uno instantáneamente conocimientos o destrezas que uno no poseía apenas un segundo antes. Basándose en esto, algunos estudiantes justificarán su actividad de atención a pacientes particulares diciendo:
¡Sí, soy estudiante, pero ya sé cómo atender pacientes! ¡Ya estoy en los últimos niveles de la carrera! ¡Ya he practicado bastante todo este tiempo y no necesito que nadie me esté observando y controlando! ¡Puedo hacerlo yo solo, por mi cuenta!Otros dirán:
¡Pero si ya egresé, y lo único que me falta es defender mi disertación! ¿Qué diferencia puede hacer un simple "papelito" en la atención que doy a mis pacientes?Puede ser que todo esto sea verdad. Puede ser que ya estés completando tus estudios y que ya hayas tratado cien (o mil) pacientes, y que ya sepas, al derecho y al revés, lo que tienes que hacer con ellos. Puede ser que hayas hecho mucho bien a tus pacientes, y que por ese motivo ellos te estimen y que te hayas ganado algunas amistades entre ellos, y que por eso ellos ahora te recomienden a otras personas. Puede ser que tengas conocimiento y experiencia suficientes para atender pacientes sin asistencia de nadie más, y puede ser que te desempeñes bien haciéndolo. Incluso puede ser que logres hacer un mejor trabajo que los mismos profesionales.
Pero resulta que el "papelito" lo es todo para quien quiere encargarse de la salud de otras personas.
El "papelito" es la autorización que te da la sociedad para ejercer la profesión que has escogido, una vez que has completado exitosamente un programa de estudios en una institución reconocida por ella; es la confianza que invierten los ciudadanos en ti, para poner su salud en tus manos cuando lo necesiten; es la credencial que tienes para identificarte como un miembro de tu profesión, para trabajar junto a tus colegas profesionales o para competir con ellos, ubicándote en el mismo nivel.
Si no tienes el "papelito", no tienes autorización de la sociedad para asumir la responsabilidad de cuidar de la salud de otras personas independientemente. Sin el "papelito" no tienes otra opción que depender de alguien que sí lo tenga, y que esté observando todo lo que haces en todo momento. El "papelito", que es incapaz de otorgarte conocimiento o destrezas, es lo único que tiene el poder para convertirte de aprendiz dependiente a profesional independiente.
Por estos motivos, si no tienes el "papelito", ni siquiera pienses en atender pacientes por cuenta propia.
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