sábado, enero 17, 2009

Los agentes físicos "vienen bien en todo"

En una de las primeras entradas de este blog compartí contigo la opinión de un autor sobre el empleo cotidiano de los agentes físicos, manifestando que yo compartía esa apreciación. En varias entradas posteriores te he proporcionado información que he encontrado en los libros que no coincide con lo que se hace en la práctica cotidiana (la etiqueta "agentes físicos" te lleva a esas entradas).

Hace unos meses asistí a una presentación sobre un agente físico X que está de moda en nuestro medio. La exposición fue realizada por un médico fisiatra y, ya que una gran proporción de la información fue la misma que he escuchado en otras presentaciones acerca de ese agente físico (¿todo el mundo consulta las mismas fuentes?), la parte que realmente me llamó la atención fue que el expositor dijera que el agente físico X "viene bien en cualquier problema músculo-esquelético que uno se pueda imaginar".

¡Caramba! ¿En serio? ¿Viene bien en cualquier problema?

Quisiera saber, ¿cómo llegó el expositor a esa conclusión? ¿Acaso se han hecho estudios (apropiadamente diseñados y conducidos) sobre la aplicación del agente físico X en todos los problemas músculo-esqueléticos y aquellos han reportado siempre resultados favorables? Asumiendo por un momento que ese fuera el caso, ¿en realidad se puede decir que en la práctica clínica se utilizan los agentes físicos en la misma forma en la que fueron empleados en los estudios que reportaron --hipotéticamente-- efectos beneficiosos?

Para poder asegurar que el agente físico X ha producido resultados positivos en la condición de salud de un paciente, ¿acaso en la práctica diaria se lleva un registro de su aplicación que permita emplearlo consistentemente y progresivamente de una sesión de tratamiento a otra? ¿Acaso se anotan meticulosamente datos como el estado del paciente antes de la aplicación, los parámetros de aplicación del agente físico (intensidad, localización, tiempo, etc.) y el estado del paciente inmediatamente y cierto tiempo después de cada sesión?

Si en la experiencia del expositor el agente físico X ha dado siempre resultados positivos, ¿en verdad se puede atribuir el resultado beneficioso al agente físico X? ¿No será que otras intervenciones (reposo, ejercicio, masaje, otros agentes físicos, drogas, etc.) que se emplean concurrentemente son las que han producido esos efectos positivos? ¿No será que la mejoría se debe a la evolución natural del problema, a un cambio en los hábitos del paciente, a otros "remedios" que emplee el paciente sin nuestro conocimiento o a una combinación del agente físico X con todo esto?

Según lo que he podido constatar, los agentes físicos son usados prácticamente con todos los pacientes que acuden a un centro de rehabilitación con problemas músculo-esqueléticos, por lo que pienso que es lamentable, y tremendamente preocupante a la vez, que no se los esté empleando correctamente. Me asombra el hecho de que en los centros de rehabilitación a los que he asistido se empleen los agentes físicos X, Y y Z monótona e idénticamente en "cualquier" problema que se presente porque "vienen bien", a la vez que los libros (aclarando, como siempre, aquellos que son modernos y confiables) recomiendan su empleo únicamente en casos muy específicos.

Entiendo que el paciente puede tener la sensación de ser bien atendido si le "conectan" todo tipo de aparatos "de alta tecnología" que producen una variedad de sensaciones, sonidos y luces brillantes, y que están llenos de botones, perillas y pantallas digitales (entiendo también que estos aparatos son una importante herramienta de marketing). Sin importar quien pague por esas intervenciones --el paciente, una aseguradora o el Estado--, y a mí me mata que no tengamos ni la más pequeña certeza de que los agentes físicos X, Y o Z en la forma en la que son empleados cotidianamente verdaderamente estén produciendo algún beneficio en nuestros pacientes.

He visto que en la práctica cotidiana los agentes físicos no son empleados como recomiendan los libros, los manuales instructivos de los aparatos o los estudios que efectivamente reportan efectos positivos. Al contrario, se emplean los mismos agentes físicos en todos los casos, en el mismo orden, con los mismos parámetros (o, peor aún, con parámetros aleatorios), se combinan agentes físicos cuyos efectos se anulan entre sí (debido a que se desconoce la física), etc.

En lo que se refiere al empleo cotidiano de los agentes físicos, la situación es grave... gravísima. Yo diría que desconectemos estos aparatos, de los pacientes y de los tomacorrientes, hasta que nos informemos adecuadamente sobre cuándo y cómo usarlos.

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