Una de las técnicas en las que yo necesito más refuerzo es el masaje. A la vez que reconozco eso, admito que yo rehuyo a las oportunidades de practicar el masaje, y de hecho no lo he aplicado en más que un par de ocasiones después de aprobar la materia en la que fue expuesto, en uno de los primeros semestres. Que hayamos recibido apenas unas pocas clases sobre el masaje y que esa cobertura haya sido práctica en su mayor parte sin mucho sustento teórico, son dos factores importantes en mi decisión de rehusarme a emplearlo en los pacientes. Al mismo tiempo, caigo en la cuenta de que me convendría empeñarme más en aprender acerca del masaje, ya que, por lo que he podido ver recientemente, podría tratarse de una herramienta útil en muchos casos.
El masaje es una intervención con indicaciones, precauciones, contraindicaciones, técnicas, entre otras cosas que seguramente se me escapan este momento. En el campo del masaje también se realizan investigaciones científicas, y también aquí se habla de la práctica basada en la evidencia. En la literatura se exponen los efectos anatómicos y fisiológicos conocidos del masaje, y se plantean hipótesis sobre otros efectos cuyos mecanismos no se han descubierto. Como involucra el contacto directo y la manipulación del cuerpo del paciente, el cual muchas veces debe estar expuesto o desnudo, también hay aspectos éticos de los cuales uno debe estar informado: saber cómo cubrir el cuerpo del paciente apropiadamente para el confort y la privacidad del paciente (draping) según la región donde se aplica el masaje es uno de esos aspectos, y es otro punto que tampoco se cubrió en clases.
En los Estados Unidos, la terapia de masaje (massage therapy) es una profesión que requiere estudio (anatomía, fisiología, patología, farmacología, entre otras materias) y también horas de entrenamiento práctico para poder conseguir la certificación o licenciatura (más sobre esto en el futuro).
Como un primer intento por enterarme sobre el masaje de una forma sistemática, me conseguí el libro Outcome-Based Massage: From Evidence to Practice(Carla-Krystin Andrade, Paul Clifford; 2da ed., 2008). El próximo paso sería seguir un curso práctico sobre las técnicas. Hasta no tener una mayor noción de todo esto, pienso que seguiré negándome a administrar este tipo de tratamiento.
Dar un masaje, en el sentido terapéutico, es muchísimo más que mover las manos aleatoriamente sobre la piel del paciente. El masaje es un asunto serio.
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