Sabemos que el ultrasonido tiene efectos térmicos y efectos no-térmicos. En la práctica cotidiana, muchos terapeutas físicos buscan los efectos térmicos del ultrasonido, pero al mismo tiempo sostienen que el ultrasonido no debe producir una sensación de calor.
Veamos qué nos dice Michelle H. Cameron sobre la intensidad del ultrasonido en las aplicaciones con fines térmicos, en su libro Physical Agents in Rehabilitation: From Research to Practice
En la página 180:
El número de variables desconocidas, incluyendo el grosor de cada capa de tejido, la cantidad de circulación [sanguínea], la distancia a interfaces tejido blando-hueso reflectoras y la variabilidad entre diferentes aparatos, hace que sea difícil predecir con exactitud el incremento de temperatura que será producido clínicamente cuando el ultrasonido es aplicado a un paciente. Por tanto, los parámetros iniciales de tratamiento son especificados según las predicciones teóricas y de investigación; sin embargo, el reporte que efectúe el paciente sobre el calor es usado para determinar la intensidad final del ultrasonido.En la página 192, Cameron explica la técnica de aplicación del ultrasonido, mencionando la intensidad que debe usarse durante el tratamiento:
Si la intensidad del ultrasonido es muy alta, el paciente se quejará de un dolor profundo debido al sobrecalentamiento del periostio. Si esto ocurre, la intensidad del ultrasonido debe ser reducida para evitar quemar el tejido. Si la intensidad del ultrasonido es muy baja, el paciente no sentirá ningún incremento en la temperatura. [...] Debido a que el reporte que realice el paciente es usado para determinar la máxima intensidad del ultrasonido que sea segura, se recomienda que el ultrasonido de nivel térmico no sea aplicado a pacientes que sean incapaces de sentir o de reportar la incomodidad causada por el sobrecalentamiento.
La intensidad es seleccionada según el objetivo del tratamiento. Cuando el objetivo es incrementar la temperatura del tejido, el paciente debería sentir algo de calor dentro de los 2 o 3 minutos de iniciada la aplicación del ultrasonido y no debería sentir incomodidad en ningún momento durante el tratamiento. Cuando se emplea ultrasonido con frecuencia de 1MHz, una intensidad de 1.5 a 2.0W/cm2 generalmente producirá este efecto. Cuando se usa frecuencia de 3MHz, una intensidad de alrededor de 0.5W/cm2 es suficiente generalmente. [...] La intensidad es ajustada hacia arriba o hacia abajo de acuerdo con el reporte que realice el paciente. La intensidad es incrementada si no hay sensación de calor durante los primeros 2 o 3 minutos y disminuida inmediatamente si hay cualquier queja por incomodidad.Cameron da más detalles importantes que no reproduciré aquí.
¿Qué sabes tú sobre esto? Como siempre te digo, no creas de buenas a primeras lo que yo digo y ve y confirma la información en otras fuentes.
Por el momento, yo me pregunto: si en la práctica cotidiana el paciente no siente calor, ¿será porque no se utiliza el ultrasonido con una intensidad que sea suficiente, como vemos hoy? ¿será porque el ultrasonido se aplica en zonas demasiado extensas? ¿Será porque el ultrasonido no es el agente físico ideal para calentar el músculo? ¿Será porque se lo aplica después de emplear hielo u otras formas de crioterapia?