Mientras escribo esto me viene a la mente lo que sucedía en la escuela y que siempre me causa gracia cuando lo recuerdo. Ubiquémonos en la hora del lunch (por mantener el tema de esta entrada; si prefieres, llámala "hora del refrigerio", "hora de la colación", "recreo", o como gustes). Todos los días había alguien que llevaba la funda de cachitos y que empezaba a comerlos frente a la atenta mirada de los compañeros. El primer "Oye, ¿me das un poco?" no demoraba en aparecer. En muchas ocasiones, el de los cachitos, no queriendo parecer egoísta, le extendía amigablemente la funda de cachitos al compañero, pero claro, asegurándose primero de que la funda estuviera lo suficientemente apretada en su puño como para que el compañerito pudiera apenas agarrar un fragmento de cachito... medio cachito, con suerte.
Mi intención con este blog es compartir información que me parece interesante. Seguramente habrás notado que prácticamente toda la información a la me refiero en este blog está en inglés. Libros, sitios web, artículos, videos, todos en inglés. No lo hago por malo; no soy como el de los cachitos, que te ofrece la funda pero que apenas te deja pellizcar una miga. Coincide que todo lo interesante que encuentro está en inglés.
Nos caigan bien o no los gringos, el inglés es el idioma en el que está escrita una gran porción de la información de nuestra rama que se encuentra en Internet, no exclusivamente la que proviene de los Estados Unidos de Norteamérica, sino también la que es publicada en Canadá o en Europa para consumo global. Lo queramos o no, el inglés es el idioma de la ciencia.
En nuestra profesión, la realidad es que, si nos llega información que nos parece novedosa, seguramente se trata de una traducción de un material originalmente escrito en inglés, o de material original en español pero que se ha fundamentado en libros, estudios o investigaciones publicadas en inglés.
De esta forma, yo opino que, si por cualquier motivo no sabes inglés, tu capacidad de obtener información novedosa es limitada. En un campo en el que la información no deja de emerger, que no sepas inglés podría llegar a significar que no estás haciendo lo mejor que podrías hacer por mejorar tus conocimientos, y por ende, por perfeccionar el servicio que das a tus pacientes/clientes.
No te digo que tienes que dominar el inglés (aunque no sería malo que llegues a hacerlo). En términos prácticos, basta que lo entiendas. Incluso si realmente no te interesa el inglés, te sugiero que al menos hagas un pequeño esfuerzo por comprenderlo. No necesitas conocer la gramática al derecho y al revés, ni aprender todos los verbos irregulares y los phrasal verbs; basta que puedas leerlo. No es necesario que sepas escribirlo o hablarlo para que obtengas un beneficio significativo (en mi caso, leer en inglés es más fácil que escribir, y mi inglés es muchísimo mejor cuando lo escribo que cuando lo hablo).
No veas al inglés como un molestoso requisito para graduarte; no lo tomes como un capricho de las autoridades de la universidad, ni como una estrategia suya para "sacar plata". Mira al inglés como una herramienta, una herramienta muy útil.
Queriendo sonar redudante deliberadamente, concluyo diciendo:
Por tu propio bien, hazte un favor a ti mismo y aprende inglés.
Sir! Yes Sir! Hahahaha!
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