Recientemente encontré un par de recursos que discuten sobre la utilidad del ultrasonido. El primer recurso es un podcast de la APTA (American Physical Therapy Association), titulado Ultrasound and Evidence-Based Practice: Are They Compatible? (enlace directo al archivo MP3), que es un debate en el que intervienen John Childs y Stuart Warden, con Joshua Cleland como moderador. El segundo recurso es la página de respuestas sobre el artículo A Survey of Therapeutic Ultrasound Use by Physical Therapists Who Are Orthopaedic Certified Specialists, publicado en la revista Physical Therapy en el año 2007. A pesar de que recomiendo que todas las persona que utilizan el ultrasonido terapéutico consulten directamente estos dos recursos, hoy mencionaré los puntos más sobresalientes para su conveniencia:
- Hay un grupo de investigadores y profesionales que sostiene que el ultrasonido es una intervención absolutamente inútil, mientras que otro grupo sostiene que el ultrasonido sí tiene sus usos y que el verdadero asunto es que los profesionales, en general, no saben usarlo correctamente.
- La selección de los parámetros adecuados de aplicación del ultrasonido es esencial: frecuencia de la onda, intensidad, tiempo de aplicación, frecuencia de aplicación (sesiones), área de aplicación, etc.
- Si un estudio sugiere que el ultrasonido no tiene efectos significativos, hay que analizar si empleó el ultrasonido adecuadamente o no. También hay que considerar el diseño y la metodología del estudio; de la misma forma, las diferencias en asuntos tan variados como el modelo o fabricante del generador de ultrasonido que se empleó en el estudio también pueden tener influencia en los resultados.
- Los estudios que reportan que el ultrasonido tiene efectos beneficios, por lo general utilizaron tiempos de aplicación más prolongados y sesiones más frecuentes que lo que se hace en la práctica. Por ejemplo, en la práctica clínica el ultrasonido se aplica por 5 minutos, cuando en realidad pueden ser necesarios 10, 15 o más minutos de aplicación para obtener algún efecto. De igual forma, pueden ser necesarias más sesiones de tratamiento con ultrasonido que las que se acostumbran, para obtener efectos beneficiosos. Sin embargo, esto puede encontrarse con obstáculos en la práctica, si el tratamiento es pagado por un seguro y éste no reembolsa las aplicaciones del ultrasonido más prolongadas y más frecuentes. Frente a esto, se han ideado dispositivos portátiles de ultrasonido que el paciente puede utilizar por cuenta propia en su domicilio, de tal forma que el terapeuta físico puede concentrarse en administrar tratamientos que requieren de su destreza durante la visita del paciente, y dejar que el paciente se administre métodos pasivos como el ultrasonido en su hogar.
- La práctica clínica está atrasada 15 o 20 años con respecto a la investigación: en la práctica no se han incorporado aquellas cosas que la investigación ha demostrado sobre el ultrasonido (tanto lo que sí funciona como lo que no funciona). El uso del ultrasonido en la práctica no está basado en la evidencia. Por ejemplo, la utilidad del ultrasonido en las fracturas es prometedora, pero poca gente lo sabe o lo aplica con ese fin.
- La enseñanza del ultrasonido continúa basándose en la tradición, y no en la evidencia: los principios, teorías, métodos y usos que se imparten en clases están desactualizados.
- Se recomienda que el ultrasonido sea empleado para aprovechar sus efectos celulares y tisulares específicos, en lugar de utilizarlo con el mero propósito de calentar los tejidos; si se lo utiliza con este propósito, otros agentes físicos pueden ser empleados en su lugar. En particular, la diatermia puede ser una alternativa mejor cuando el área de aplicación supera el doble del área del cabezal (yo he dicho algo sobre esto anteriormente).
- ¡Basta de usar tratamientos y modalidades inútiles! Uno de los participantes del debate concluye diciendo que el uso tradicional del ultrasonido corresponde a la era de los dinosaurios...
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